Et in Arcadia Ego
Inicialmente la imagen es realizada como práctica y entrenamiento de dibujo de perspectiva in situ, con el fin de mejorar el trabajo docente del autor. La locación está ubicada en el patio trasero del edificio # 95 de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá, Colombia.
Al concluir la representación del espacio arquitectónico, el autor agregó figuras humanas para enfatizar la noción perceptual de escala y de tamaño del edificio. Después de planear el carácter de los personajes, decide cambiar el propósito de la obra. Opta por emplear la imagen ad hoc, como acción y vehículo para confrontar, objetivar, racionalizar y tratar de controlar eventos emocionales con sus posibles desenlaces. Eventos que acontecían y afectaban por ese entonces la vida privada del autor.
Con el fin de sugerir al observador posibles significados e interpretaciones de la obra, se emplean esquemas semióticos apelando a estructuras iconográficas, simbólicas y alegóricas. Se toma como referencia el trabajo de auctors como el del iconólogo Cesare Ripa (1555-1622). El título de la obra, Et in arcadia ego, confronta dialécticamente las gramáticas visuales aplicadas a la imagen con otras connotaciones y significados asociados a la tradición artística académica eurocéntrica. Connotaciones implícitas en el título y consecuentemente, referidas a la obra del pintor Nicolás Poussin (1594-1665).
Más allá de propiciar un ejercicio hermenéutico, se pretende que el observador reflexione a partir de lo que “cree ver” y de lo que “cree entender”. Ello, atendiendo a la crítica derridiana, la cual sugiere la imposibilidad de obtener una interpretación correcta o definitiva puesto que los significados se encuentran en un proceso constante de evolución, y los signos siempre fallan en alcanzar un significado completo. Igualmente, se pretende que el observador disfrute las cualidades sensuales de la imagen per se.
