Concreción del Amor (Profamilia)
El dibujo mural “Concrescencia del Amor” ironiza, reflexiona, denuncia la política del aborto como mecanismo de control sobre la población, su devenir económico, la ecología social. Aduce una ruptura total con el orden de la Ley Natural y la relación metafísica entre causalidad, potencia y teleología. En el aborto se gestiona políticamente la vida, se coacciona el dispositivo del poder y del saber para despojar al embrión-bebé de su estatus ontológico de ser, haciendo de él un eso, producto-residuo de la concepción: un ente excluido del marco jurídico del derecho positivo, de la ciudadanía y de lo humano. Ente peregrino que durante el periodo de su gestación es sometido a un estado de excepción, legitimando vejaciones y normalizando culturalmente la norma de su destrucción. Hacen de él un residuo eugenésico, un commodity comercial, se le despoja de lo sagrado ya que ni exequias se le concede. “Concrescencia del Amor” se vale del humor, el simbolismo y la belleza en la representación, para hacer alusiones a la filosofía, la religión, el feminismo y la masonería. Finalmente, se apela a un acervo bogotano contextualizando la escena en una locación del barrio Teusaquillo en donde se concentran abortorios de la ciudad.